lunes, 25 de junio de 2012

Esquema tipológico global de las teorías del comportamiento desviado


 
Sucesión histórica-cronológica de la génesis de las teorías del comportamiento desviado

*Escuela clásica (teoría y práctica)
2 ½ s. XVIII
*Enfoques biológicos con Lombroso, Ferri y Garoffalo.
s. XIX
*Biología del crimen
Último ¼ s. XIX
*Análisis sociológico
p.s. XX
*Enfoques multifactoriales
1ª Guerra Mundial (2 1/2 s. XX)
*Sociología criminal alemana/ labeling approach
Años 60


La génesis del comportamiento desviado inicia con la llamada escuela clásica en la que el centro de los análisis no es el actor, sino el acto, y con la criminología clásica que reguló la justicia y la proporción de los castigos en relación al prejuicio social del hecho.
Los intentos teóricos de esta escuela manifiestan que las condiciones situacionales sociales conducen al comportamiento desviado, por lo cual todo individuo puede presentar este tipo de comportamiento.
A continuación se habla de la teoría de la criminología orientada biológicamente que tiene su origen en dos corrientes del s. XX: las ciencias naturales y los trabajos de Charles Darwin. La escuela positivista añade que: “los hombres acuñados de una determinada manera por la biología y su medio social son impulsados sin resistencia a sus acciones, en donde cada uno revela una determinada tendencia innata hacia la virtud o hacia el vicio”. Los elementos en que basa sus argumentos la escuela biológica-positiva son: lo esencial es el actor y su comportamiento, así como la explicación de sus causas; las condiciones biológicas-.antropológicas diferencian a los criminales de los no criminales y determinan el comportamiento individual.
Por su parte, las aproximaciones más modernas aluden a un cambio de exámenes biológico-genéticos por psicológicos y sociológicos. Dentro de estas aproximaciones se encuentran los enfoques multifactoriales del comportamiento desviado que renuncian a la búsqueda de una teoría y exponen que existen variables biológicas y socio-psicológicas que determinan el desarrollo individual: rasgos básicos de los criminales, la vida familia, la escuela, la organización del tiempo libre, los males hereditarios, los conflictos espirituales, etc.
También engloba los intentos de explicación sociológica en la que las condiciones socio- estructurales y culturales son consideradas como causa del comportamiento delictivo, caracterizado como desviado en el marco de nuestra sociedad. El comportamiento criminal es aprendido en grupos íntimos, con lo cual el aprendizaje se refiere tanto a modos de comportamiento, como a la orientación específica de motivos, impulsos, racionalización y actitudes.

 Considero que el estudio del comportamiento desviado debe realizarse de manera integral a través de diferentes ciencias como el derecho, la criminología,  la psicología, la biología, etc., y en relación al contexto en el que se dé: histórico, situacional y dependiendo de la sociedad en la que se presente, ya que como lo mencionan algunas de las teorías antes mencionadas, los hechos cometidos por cualquier persona afectan de una u otra manera a la sociedad al incumplir alguna de las normas sociales existentes en esa sociedad en particular y en ese momento, porque de acuerdo a estos contextos, se considerará infracción o no de una norma. Existen muy pocas formas de desviación universal como el incesto, de ahí que se deba evaluar íntegramente cada caso.
Por tanto, es necesario que se haga un análisis del actor, del acto y de las causas que la originaron, tomando las características biológicas, antropológicas, sociales, genéticas y psicológicas de cada individuo, para evaluar todos los enfoques multifactoriales que desencadenan el incumplimiento de las normas, ocasionando el descontrol social.

 Donde no existe norma no puede existir desviación; sin embargo, desde que el hombre comenzó a vivir en sociedad, necesitó la formulación de reglas y normas de diferente índole (morales, jurídicas, sociales, morales, etc) para poder establecer derecho y obligaciones que le permitieran convivir y vivir en armonía con su comunidad, por tanto, siempre habrá algún tipo de desviación que deba detectarse y encaminarse correctamente.

miércoles, 20 de junio de 2012

CRIMINOLOGÍA: La Escuela Liberal Clásica de Derecho Penal y la Criminología Positivista




La criminología positivista está inspirada en la psicología y la filosofía y tiene por objeto de estudio al delincuente como un individuo diverso y no al delito como concepto jurídico. Tiene como función determinar el comportamiento del criminal, con el fin de combatirlo con técnicas que modifiquen su comportamiento. En la orientación positivista impera la orientación patológica y clínica de la criminología. Por su parte la escuela liberal clásica manifiesta que el delito surge de la libre voluntad del individuo, y no de causas patológicas, por lo que el derecho penal y la pena eran considerados como instrumento legal para defender a la sociedad del crimen. Por otro lado, la escuela positiva presenta una postura en donde el delito sí se considera como un ente jurídico, e intenta abstraer el hecho del delito que lo liga a la personalidad del delincuente  y a su historia biológica y psicológica, y también a su situación natural y social en la que se ve inmersa su existencia. La escuela positivista no se enfoca tanto en el delito, sino en el autor de éste, y en la clasificación topológica de los autores.
Carrara concuerda con la teoría de la escuela positivista de que el delito no es un ente de hecho, sino un ente jurídico, ya que su esencia se basa en la violación de un derecho. Y agrega que, el delito se integra de una parte teórica que es la verdad de la que se deriva el orden mismo, y de una parte práctica que representa la autoridad de la ley positiva.
La base científica de la moderna ciencia del derecho penal italiano es toda la teoría del delito que se deriva de una consideración jurídica, entendido no como daños para la sociedad, sino como hecho jurídicamente calificado: violación al derecho.
Para abordar el derecho penal es necesario considerar la concepción filosófica, pero también jurídica de los conceptos de delito, responsabilidad penal y pena.
El derecho penal es el conjunto de normas jurídicas que regulan la potestad punitiva del Estado mediante la pena, que constituye el medio a través del cual el Estado reacciona ante el delito, y le permite ejercer su derecho a castigar, el cual consiste en ceder una parte de la propia libertad de cada persona. La esencia y la medida del delito se miden de acuerdo al daño causado en la sociedad., que aunado a la defensa social constituyen los elementos fundamentales de la teoría del delito y de la teoría de la pena. El fin de la pena es la defensa social y representa un contra estímulo del impulso criminoso y actúa de modo curativo y reeducativo, y no como método represivo. El criterio para medir la pena, no se liga al hecho delictuoso, sino a las condiciones del sujeto tratado, y su duración depende de la mejoría y la reeducación del delincuente.
La nueva criminología considera el crimen como un comportamiento definido por el derecho y el rechazo de la consideración del delincuente como individuo diferente.

Considero que a lo largo de la historia de la criminología, las diferentes escuelas se han enfocado en varios aspectos que forman parte del estudio del crimen. Algunas de estas escuelas se enfocaron al estudio del delincuente y su comportamiento para modificarlo y así reinsertarlo en la sociedad; así como en los elementos patológicos y clínicos que desencadenan las conductas delictivas. También se le consideró al delito como un acto de libre albedrío, que debía castigarse mediante el trabajo conjunto del derecho penal y de la ejecución de la pena, con el fin de defender a la sociedad y castigar al criminal.
Sin embargo, es muy importante destacar que el delito, al perpetuarse por un ser humano, necesita estudiarse integralmente por varias disciplinas que evalúen todo el contexto en el que se ve inmerso el criminal antes, durante y después de perpetuar un crimen. Es por ello que hoy en día, la criminología se basa en los fundamentos de la psicología que estudia la conducta, los procesos mentales y la personalidad del hombre; la sociología que se encarga de evaluar los fenómenos colectivos realizados por la actividad social en su contexto histórico-social, y la antropología social y cultural que conoce del ser humano sus costumbres, relaciones familiares, estructura social, forma de alimentación, creencias y relaciones humanas, para entender y analizar las causas del crimen, los remedios del comportamiento antisocial, la incidencia del criminal, las diferentes formas de crimen, las reacciones sociales, y por supuesto, las regulaciones gubernamentales, ya que no se puede tratar al delito como una simple enfermedad a la que sólo se le debe controlar o curar en un hospital, sino que además de esto, se debe indicar el medio por el cual el Estado debe reaccionar frente al delito: la pena, que se pagará en un centro de rehabilitación social penitenciario.

En conclusión, a través de la historia, la criminología ha ido formulando sus fundamentos con base en diferentes disciplinas, que hoy en día las más importantes son: la antropología social, la psicología y la sociología, que ayudan al análisis de los casos, para que el derecho penal sea el que decida si hay delito o no y la penalización que deba conferirse. 

martes, 12 de junio de 2012

Lecumberri, El Palacio Negro (1976) de Arturo Ripstein


Lecumberri fue un centro penitenciario inaugurado el 29 de septiembre de 1900 durante la presidencia de Porfirio Díaz, edificado con el fin de responder a la demanda de espacios para la readaptación social de un creciente número de delincuentes. Con el paso del tiempo, se incrementó el número de espacios al interior del centro para la rehabilitación de los delincuentes, como talleres, salones de clase, biblioteca, etc.
Para 1954 la población del reclusorio llegaba a 1380 reclusos, entre los que se encontraban 800 hombres, 180 mujeres y 400 menores de 18 años.  
El final de este reclusorio llegó el 27 de agosto de 1976, transformándose en la actual sede del Archivo Nacional.

En este documental se presenta el procedimiento que se lleva a cabo para internar a los delincuentes en el reclusorio y las condiciones de vida que llevan.
En la obertura se presenta el inicio del proceso con la toma de datos de cada persona, para que después pasaran a dejar cualquier tipo de pertenencia que llevaran consigo. Asimismo, se revisaba que no trajeran armas u objetos prohibidos; se tomaban las huellas dactilares, fotografías de frente y perfil; pasan al servicio médico y después de proporcionarles su uniforme, se les asignaba su celda dependiendo del tipo de delito que hubieran cometido (había una división de áreas que iban de la letra A hasta la L, específicamente, la letra E correspondía a la zona de los castigados). Más adelante, se presentaba el jefe de vigilancia  y les pedía a los recién ingresados su colaboración para mantener el orden y aconsejándolos a manifestar una conducta apropiada y a trabajar, ya que por cada 2 días de trabajo se reducía 1 día de sentencia. También se les indicaba que por cualquiera de los trabajos que realizaran, se les daría un sueldo para cubrir necesidades básicas y que tenían derecho a visita familiar, conyugal y jurídica.

En el segundo tiempo, se muestra la vida que llevaban los internos; podían hacer ejercicio, practicar algunos deportes, estudiar y trabajar.
Al interior de las celdas, algunos reclusos tenían aparatos eléctricos como televisión y/o radio y vivían mejor si le pagaban a los policías para que les dejaran tener este tipo de pertenencias y comodidades. No obstante, la mayoría de los reclusos tenía que pagar por usar los baños, recibir visitas y comida, etc., y de no pagar, eran castigados con trabajos pesados y que olvidaban la condición humana del hombre (como el tan conocido “tehuacanazo”, entre muchas otras prácticas).

En general, los reclusos comentaban que poco a poco se iban dando cuenta del error que cometieron al ejecutar el delito que cometieron o bien, la injusta sentencia de las autoridades. De manera frecuente les daba el “carcelazo” que era  depresión y pensamientos de suicidio, no sólo por el hecho de estar ahí “viviendo” o más bien sobreviviendo en un ambiente inhumano, sino también por el triste futuro que se dibujaba en sus mentes.






lunes, 11 de junio de 2012


El Poder Psiquiátrico, “Clase del 23 de enero de 1974”. Michel Foucault.

En esta cátedra, el historiador, teórico y filósofo de las ciencias sociales Michel Foucault, habla sobre el poder que tienen los psiquiatras para intensificar la realidad frente a la locura (y de cómo ésta no se cuestiona, sino más bien se revela mediante distintos mecanismos: el interrogatorio, la confesión, el magnetismo, la hipnosis y las drogas) para llegar a la verdad.
Con el interrogatorio y la confesión se intenta ubicar al individuo en su realidad social preguntándole ¿Quién es? ¿Cómo se llama? ¿Quiénes son sus familiares?, y al mismo tiempo, hacer que se dé cuenta de la locura que le ha atribuido la sociedad.
Por su parte, el magnetismo y la hipnosis se presentan en un lugar disciplinario: el asilo, en donde no se puede dar cabida a la locura, ya que lo que se le recomienda al paciente es distraerse: leer, trabajar, dibujar, mantenerse ocupado, etc.
Y finalmente el uso de la drogas como el éter, cloroformo, opio, etc., para tranquilizar y amansar al paciente.
Foucault cuestiona el hecho de que los psiquiatras traten de hacer que el paciente siga las normas y se conduzca de manera adecuada alejándose de los pensamientos que le hacen mal, pero por otro lado, que estos especialistas también empujen al individuo a aceptar su locura, mediante los mecanismos antes mencionados.
En esta cátedra además se aborda la verdad que muestra el ámbito científico, aquélla que se  presenta en todo lugar y todo momento; la verdad demostrativa, considerada como una verdad continua y construida, y la verdad acontecimiento, que se presenta en ciertos lugares y en momentos específicos.

La psiquiatría se dedica a estudiar las enfermedades mentales con el fin de prevenirlas, evaluarlas, diagnosticarlas, tratarlas y rehabilitarlas en cada individuo para que éste logre adaptarse en todas las esferas de la vida. Y para poder afrontar los diversos trastornos mentales, esta especialidad considera factores biológicos, psicológicos, socio/culturales y antropológicos para determinar los efectos mentales y ambientales sobre el comportamiento del paciente. Es por ello que el psiquiatra debe tener la habilidad de prevenir un episodio de crisis, evaluar las condiciones que la disparan y así modificarlas mediante la intensificación de la realidad frente a la supuesta locura o problema, para que permita que se exprese el trastorno mental. Considero que se trata de enfrentar al paciente con aquello que enferma su psique mediante un recurso indispensable: el diálogo, que en este caso debe entablarse entre el especialista y el paciente, ya que en esta relación el psiquiatra descubre y conoce los antecedentes que desencadenaron tal o cual conducta o trastornos en el individuo, que llevan al conocimiento de la verdad, con el fin de modificar sus esquemas de pensamiento y generar un cambio de conducta.
Si bien es cierto que el psicoanálisis u otras técnicas psiquiátricas son funcionales, los psicofármacos ayudan sustancialmente más a contrarrestar los síntomas de los trastornos mentales, porque trabajan directamente con los neurotransmisores, encargados de las manifestaciones cognitivas, emocionales y conductuales inherentes en los problemas psíquicos.
Ahora bien, si avocamos este tema al Derecho Penal, en cuanto a la comisión de delitos, podría decir que es una situación análoga lo que vive por una parte el delincuente y el paciente y por otra el juez y el psiquiatra, porque al final del día, el individuo sujeto a interrogatorios y confesiones, vive una lucha física y mental por saber si lo consideraran culpable y si tendrá la fortaleza de resistir las aseveraciones que se hagan en su contra; provocando que de disminuir dicha fortaleza, pierda el juego en el enfrentamiento, y por tanto, se le pueda condenar, o bien, encerrar.

Foucault cuestiona en este análisis por qué el interés de los psiquiatras por indicar la pertenencia eventual del crimen a la enfermedad mental, y yo infiero que si a una persona se le diagnostica locura, es un criminal en potencia que en cualquier momento puede representar un peligro para la sociedad, porque deja de percibir la realidad y empieza a crear un mundo alterno a esa realidad, que es su locura. Sin embargo, en la frase antes referida “pertenencia eventual del crimen a la enfermedad mental” mi opinión es que no todos los criminales están locos, y menos si su delito lo cometen con una razón o justificación, desde el punto de vista de su interés.

Los psiquiatras y jueces son las autoridades especializadas en descubrir la personalidad de una persona y la verdad o falsedad de sus testimonios, mediante los interrogatorios que cada especialidad utiliza para llevar al individuo a la crisis que lo hunda o lo saque avante en la lucha por la demostración de su correcto actuar.

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