El procedimiento
penal y la aplicación de la sanción
El sistema judicial se encargaba de
postular las máximas fundamentales del derecho penal, y su tarea de sancionar
los delitos se la delegaba la comunidad. El sistema buscaba que hubiera
igualdad jurídica, que las prescripciones estuvieran ajustadas al código
procesal; que las sentencias se llevaran a cabo con leyes preexistentes y no
por analogía. Además, se eliminaron los tribunales especiales y las leyes privativas.
Las garantías del
acusado
El límite del castigo llegaba
hasta la aparición de los derechos del hombre. Todo acusado debía ser
considerado como inocente mientras no se probara su culpabilidad, y aún en
calidad de acusado, se contemplaban los derechos de los presuntos criminales.
Nadie podía ser molestado, más
que por mandato escrito y fundado por parte del juez; la aprehensión debía
ejecutarse sin violencia y los acusados debían ser entregados a la autoridad
competente en las 24 horas siguientes a la captura, se les tenía que tomar una
declaración durante las primeras 48 horas, debían ser liberados antes de 3 días
si su detención no se justificaba con un auto motivado de prisión, y sólo se
les podía decretar formal prisión al comprobar la existencia del supuesto
crimen y si existían pruebas suficientes sobre dicha culpa. Podía haber
libertad bajo canción hasta el término del juicio. El inculpado tenía derecho a
conocer el motivo del procedimiento y el nombre de la persona que lo acusaba.
Las instituciones jurídicas nacieron
con el fin de proteger las garantías individuales, aun de los sospechosos,
procesados y sentenciados.
El castigo y su
ejecución
Se ejecutaba la imposición de
sanciones moderadas y en proporción al delito cometido; sin embargo, había una
restricción en ciertas sanciones: penas de mutilación, infamia, multa excesiva,
marca, palos, azotes, tormento y confiscación de bienes. Por otro lado, las
sanciones que sí estaban permitidas eran: la multa, la suspensión de derechos
civiles, la pena de muerte, la inhabilitación de empleos y cargos, la deportación
y la prisión, que de acuerdo con varios legisladores, representaba la mejor
manera de alcanzar la finalidad del castigo: ser ejemplar, eliminar la
delincuencia, ser correccional para impedir la reincidencia y tener la
capacidad de corregir al individuo.
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