lunes, 11 de junio de 2012


El Poder Psiquiátrico, “Clase del 23 de enero de 1974”. Michel Foucault.

En esta cátedra, el historiador, teórico y filósofo de las ciencias sociales Michel Foucault, habla sobre el poder que tienen los psiquiatras para intensificar la realidad frente a la locura (y de cómo ésta no se cuestiona, sino más bien se revela mediante distintos mecanismos: el interrogatorio, la confesión, el magnetismo, la hipnosis y las drogas) para llegar a la verdad.
Con el interrogatorio y la confesión se intenta ubicar al individuo en su realidad social preguntándole ¿Quién es? ¿Cómo se llama? ¿Quiénes son sus familiares?, y al mismo tiempo, hacer que se dé cuenta de la locura que le ha atribuido la sociedad.
Por su parte, el magnetismo y la hipnosis se presentan en un lugar disciplinario: el asilo, en donde no se puede dar cabida a la locura, ya que lo que se le recomienda al paciente es distraerse: leer, trabajar, dibujar, mantenerse ocupado, etc.
Y finalmente el uso de la drogas como el éter, cloroformo, opio, etc., para tranquilizar y amansar al paciente.
Foucault cuestiona el hecho de que los psiquiatras traten de hacer que el paciente siga las normas y se conduzca de manera adecuada alejándose de los pensamientos que le hacen mal, pero por otro lado, que estos especialistas también empujen al individuo a aceptar su locura, mediante los mecanismos antes mencionados.
En esta cátedra además se aborda la verdad que muestra el ámbito científico, aquélla que se  presenta en todo lugar y todo momento; la verdad demostrativa, considerada como una verdad continua y construida, y la verdad acontecimiento, que se presenta en ciertos lugares y en momentos específicos.

La psiquiatría se dedica a estudiar las enfermedades mentales con el fin de prevenirlas, evaluarlas, diagnosticarlas, tratarlas y rehabilitarlas en cada individuo para que éste logre adaptarse en todas las esferas de la vida. Y para poder afrontar los diversos trastornos mentales, esta especialidad considera factores biológicos, psicológicos, socio/culturales y antropológicos para determinar los efectos mentales y ambientales sobre el comportamiento del paciente. Es por ello que el psiquiatra debe tener la habilidad de prevenir un episodio de crisis, evaluar las condiciones que la disparan y así modificarlas mediante la intensificación de la realidad frente a la supuesta locura o problema, para que permita que se exprese el trastorno mental. Considero que se trata de enfrentar al paciente con aquello que enferma su psique mediante un recurso indispensable: el diálogo, que en este caso debe entablarse entre el especialista y el paciente, ya que en esta relación el psiquiatra descubre y conoce los antecedentes que desencadenaron tal o cual conducta o trastornos en el individuo, que llevan al conocimiento de la verdad, con el fin de modificar sus esquemas de pensamiento y generar un cambio de conducta.
Si bien es cierto que el psicoanálisis u otras técnicas psiquiátricas son funcionales, los psicofármacos ayudan sustancialmente más a contrarrestar los síntomas de los trastornos mentales, porque trabajan directamente con los neurotransmisores, encargados de las manifestaciones cognitivas, emocionales y conductuales inherentes en los problemas psíquicos.
Ahora bien, si avocamos este tema al Derecho Penal, en cuanto a la comisión de delitos, podría decir que es una situación análoga lo que vive por una parte el delincuente y el paciente y por otra el juez y el psiquiatra, porque al final del día, el individuo sujeto a interrogatorios y confesiones, vive una lucha física y mental por saber si lo consideraran culpable y si tendrá la fortaleza de resistir las aseveraciones que se hagan en su contra; provocando que de disminuir dicha fortaleza, pierda el juego en el enfrentamiento, y por tanto, se le pueda condenar, o bien, encerrar.

Foucault cuestiona en este análisis por qué el interés de los psiquiatras por indicar la pertenencia eventual del crimen a la enfermedad mental, y yo infiero que si a una persona se le diagnostica locura, es un criminal en potencia que en cualquier momento puede representar un peligro para la sociedad, porque deja de percibir la realidad y empieza a crear un mundo alterno a esa realidad, que es su locura. Sin embargo, en la frase antes referida “pertenencia eventual del crimen a la enfermedad mental” mi opinión es que no todos los criminales están locos, y menos si su delito lo cometen con una razón o justificación, desde el punto de vista de su interés.

Los psiquiatras y jueces son las autoridades especializadas en descubrir la personalidad de una persona y la verdad o falsedad de sus testimonios, mediante los interrogatorios que cada especialidad utiliza para llevar al individuo a la crisis que lo hunda o lo saque avante en la lucha por la demostración de su correcto actuar.

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